Invitar a algún familiar a pasar un tiempo en una residencia puede ser un momento muy incómodo y hacerte sentir mal. Existe una conciencia social común colectiva que ve con malos ojos el hecho de que una persona mayor pase un tiempo en una residencia. Pero lo cierto es que debes quitarte todo ese miedo de la cabeza.
Desde el año 2006 existe en España una ley llamada la Ley de Dependencia, con la cual se crean una serie de servicios y prestaciones que están destinadas a ayudar con la atención de las personas mayores. Además, esta ley también tiene como objetivo protegerlas a través de servicios de cuidados públicos y privados. Esta ley está creada por el actual Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia y asegura que las personas mayores que ingresan en dichos centros son cuidadas por un personal acreditado.
Así pues, a esta ley pueden acogerse todas aquellas personas que tienen algún tipo de enfermedad que les impide desarrollar su vida con total normalidad y también las personas que llegan a la vejez. Asimismo, el Gobierno es consciente de que muchas personas no disponen del capital necesario para poder llevar a sus mayores a una de estas residencias, así que pone a su disposición una serie de ayudas según el grado de dependencia de la persona. La cuantía máxima que se puede recibir con estas ayudas gira en torno a los 1014€.
De esta forma, el Gobierno pone a tu disposición estas ayudas para que puedas ayudar a tus familiares más mayores a estar bien cuidados y protegidos por las mejores manos. Hay muchos motivos por los que una residencia es un buen lugar; y uno de los más importantes es el hecho de que tendrás a personal acreditado ayudándoles para su rehabilitación y cuidados.
Y no solo esto, los médicos de la residencia también podrán tener un control mucho más exhaustivo de la salud de las personas mayores para evitar cualquier enfermedad o para minimizar sus efectos. Así pues, uno de los principales motivos por los que una residencia es un buen lugar es porque posibilita a los médicos realizar un seguimiento mucho más exacto sobre sus pacientes.
Normalmente las residencias permiten que las personas mayores entren en contacto con otras personas de su misma edad y establezcan una relación de amistad: pasar el tiempo juntos, recibir apoyos, jugar a muchas cosas y hablar. Para favorecer que esto ocurra, también se hacen muchas excursiones exteriores para visitar sitios emblemáticos cercanos a la residencia.
Por último es importante añadir que, gracias a las ayudas económicas y a la Ley de Dependencia, el coste queda sufragado por las arcas del Estado. En definitiva, estas medidas por parte de la Administración Pública ayudan a mejores los cuidados y la situación de las personas mayores en nuestro país.